“Nunca sabes lo fuerte que eres, hasta que ser fuerte es la única opción que queda”
La resiliencia es la capacidad que tenemos los seres humanos para salir con mayor fuerza y sabiduría de las vivencias más dolorosas. Las personas no somos conscientes de la capacidad de resistencia que podemos llegar a tener frente al dolor. Cuando era pequeña, oía decir a mi abuela Carmen, que habíamos venido a esta vida a sufrir. Yo pensaba que nuestros abuelos habían vivido en otros tiempos y que a nosotros no nos iba a tocar experimentar ese sufrimiento del que ella hablaba. Qué equivocada estaba 😔
La vida es cambio, nada permanece. La vida y la muerte fluyen dentro del orden natural de las cosas. Todos estamos viviendo estos cambios, estas pérdidas, estos duelos desde diferentes circunstancias, pero al final es igual para todos. El duelo por haber perdido la libertad, por haber perdido el tiempo junto a nuestros familiares y amigos, por haber perdido el trabajo, por haber perdido la salud, por haber perdido a un ser querido…Nada volverá a ser como antes para ninguno de nosotros, para bien o para mal. Aunque yo prefiero pensar que va a ser para bien.
Cada uno de nosotros está viviendo esta crisis sanitaria y humanitaria de muy diferentes maneras, cada uno según sus circunstancias. Unos están confinados en sus casas en familia y otros en solitario. Hay quien está saliendo para ir trabajar al campo, a los supermercados, a los bancos, a las farmacias o a los hospitales. Hay quien está pasando la cuarentena en soledad, aislado y enfermo en su casa o en un hospital hacinado. Hay quien tiene familiares enfermos o muy enfermos y no puede ir a verlos. Hay quien ha perdido algún ser querido y no ha podido despedirse, ni decirle que le quería. Los profesionales sanitarios se llevan la palma en estos días aciagos, trabajando en unas condiciones pésimas, sin medios, contagiándose y enfermando, temiendo contagiar a sus familias, viendo morir a muchas personas completamente solas, viendo cómo enferman y mueren sus propios familiares. Y no pueden hacer nada, qué impotencia más grande. Está siendo una prueba de vida durísima para muchos, pero para unos más que para otros. Desde aquí mi reconocimiento a los profesionales sanitarios y no sanitarios que están en primera línea de batalla ❤️
Todo/as hemos sufrido pérdidas a lo largo de la vida. Hemos perdido la salud, un trabajo o a un ser querido. Yo misma perdí a mi padre de forma inesperada en el 2011. A los tres días de despedir a mi padre, a mi marido le ofrecieron un puesto de trabajo en Santiago de Chile. Era obvio que estábamos atravesando el peor momento de nuestras vidas, especialmente yo y por eso mi marido dejó que yo tomara la decisión. Era una gran oportunidad para él y para nuestra familia, así que decidí mirar al futuro y dar el salto. Así que en enero del 2012 me fui a vivir a Chile con mi marido, mi hija de tres años y mi bebé de 13 meses. Yo era consciente de que renunciaba a mi trabajo, a mi casa y a estar con mi madre y mis hermanos en el peor momento de nuestras vidas. Pero no lo asimilaba tan fácilmente, había perdido a mi padre y mi vida como yo la había conocido hasta entonces. En el mes de mayo de ese mismo año, mi marido también perdió a su madre tras una larga enfermedad. Para mí esa pérdida supuso “la puntilla” como dicen los taurinos. Empecé a caer en barrena. Me aferraba a un pasado feliz y me invadían la pena y la nostalgia, pero también me proyectaba con miedo a un futuro incierto que en cualquier momento nos podía traer otra desgracia. Atravesé aquel período de mi vida sin pedir ayuda a nadie, acostumbrada a poder con todo y a autogestionarme a nivel profesional, económico, familiar y emocional.
Empecé a tener migrañas, poco después me diagnosticaron una gastritis y una esofagitis crónicas y finalmente una depresión. Había tocado fondo y se me cayó la coraza. Dejé de ser superwoman y no me quedó más remedio que pedir ayuda. Entonces todo cambió, empecé a permitirme llorar y estar mal, a desahogarme cuando lo necesitaba, a no fingir que todo estaba bien, porque no era así. También empecé a cuidarme y a aplicar lo que una amiga llama el “egoísmo sabio”. Comencé a mirar más por mí y no tanto por los demás y a dejar de querer tener todo controlado. Me apunté a clases de pilates, a un taller de pintura, empecé a tener planes, a viajar, a conocer gente,… Empecé a dar clases en una universidad, me certifiqué como coach y comencé a practicar la meditación y el mindfulness. Entonces hice «click», emprendí el vuelo e inicié mi particular «viaje hacia la serenidad».
Ahora soy una persona muy distinta a la de antes. Salí de aquel infierno más fuerte, más sabia, con una profunda conexión con las cosas que me rodean y capaz de hacer frente a las adversidades de la vida con otra actitud. Aprendí a transformar el sufrimiento, el miedo y la angustia en fuerza motora para superarme y salir fortalecida. Me hice consciente de la impermanencia de la vida. De que todos sin excepción, venimos a estar aquí un rato y tenemos la responsabilidad de pasar este rato, que es un regalo divino, de la mejor manera posible, de la forma más positiva, enriquecedora y valiosa para uno mismo y para los demás. Aprendí a aceptar que el dolor es inevitable, que la pérdida y la muerte son inherentes a la vida, pero que el sufrimiento es opcional y que depende de cómo gestionemos la pérdida.
Cada uno de nosotros está viviendo y gestionando esta experiencia de muy diferentes maneras, según nuestras circunstancias. Pero lo que está claro es que todos estamos experimentado la pérdida de una u otra manera: todos hemos perdido la libertad y el tiempo al lado de nuestros seres queridos, el beso el abrazo,…pero además hay muchos que han perdido el trabajo, otros han perdido la salud y cada vez son más los que, desgraciadamente están perdiendo a sus vecinos, a sus paisanos, a sus seres queridos.
¿Qué hacer para superar este difícil momento? ¿Cómo gestionar la pérdida y el duelo? ¿cómo gestionar el miedo?
🌈 Permítete sentir. Si sientes pena y tristeza, rabia e irritabilidad, culpa o remordimiento, miedo o incertidumbre,… o todo a la vez, no te niegues la necesidad de expresar las emociones que te están provocando tanta ansiedad. Si sientes rabia e indignación, no busques culpables, porque te va a llenar de rencor y te va a consumir muchísima energía. Si sientes remordimiento, deja de sentirte culpable. Nadie tiene tanto poder como para determinar el correlato de las cosas. No acumules toda esa energía dentro de ti, porque todas esas emociones retenidas, a parte de hacerte sentir una angustia horrible, te pueden enfermar físicamente como me pasó a mí. Así que…
🌈 Pide ayuda. Si sientes que la situación te desborda, que te resulta muy difícil gestionar todo lo que te está pasando, pide ayuda. Al verbalizar lo que estás sintiendo en cada momento, la energía de la emoción pierde intensidad. Desahógate con una persona que te escuche de verdad y que te contenga a un nivel más profundo 👩🏼⚕️ También puedes recurrir a escribir un diario personal o cartas dirigidas a ese alguien especial que sabes que te entendería 🙏🏻
🌈 Ten paciencia y date el tiempo necesario para superar el duelo. Nada dura para siempre. Tu dolor no es eterno, aunque ahora te lo parezca. Poco a poco irá perdiendo intensidad y se irá transformando en aceptación y serenidad 😌
🌈 Ten confianza, volverás a ser feliz. Acepta que nada volverá a ser como antes, pero con el tiempo tu vida volverá a estar llena de alegrías. El mundo como lo conocíamos hasta ahora va a cambiar radicalmente tras esta pandemia. Pero va a cambiar para bien, para que apreciemos más las cosas realmente importantes de la vida: la salud y los afectos. Seremos más felices con menos ☺️
🌈 Aférrate al presente. Aunque el presente que estás experimentando puede que sea una de las peores experiencias de tu vida, el intentar enfocarte en tu día a día y en tus actividades cotidianas te va a dar un gran alivio. Así que practica la atención o conciencia plena: el Mindfulness y la meditación. Éstas técnicas supusieron para mí un antes y después. Cuando las interiorizas, evitas quedarte en el bucle de un pasado mejor y más feliz que te trae más tristeza y también evitas proyectarte a un futuro incierto que sólo te puede traerte incertidumbre y miedo. Te animo a que empieces a practicar mindfulness y meditación y pilates o yoga. Puedes buscar recursos en internet, que hay miles, para que puedas empezar a practicar 🧘🏼♀️
🌈 Hazte flexible y deja de intentar controlarlo todo. Encajamos fatal los cambios y las pérdidas porque nos dan miedo. Nos resistimos y nos cuesta adaptarnos a la nueva realidad. No te necesitas fuerte como el roble, te necesitas flexible como el junco y consciente como tu respiración para afrontar los cambios de la vida 🤸🏼♀️
🌈 Aprende a vivir desde el desapego. El no apego es el estado en el que una persona se distancia emocionalmente de las cosas y las personas, dejando así de sentir necesidad o incluso dependencia. Dejas de pensar en términos como “mi trabajo”, “mi casa”, “mi hijo”,…
🌈 Cuídate. Cuida tu alimentación, haz ejercicio y arréglate aunque no salgas de casa. Evita caer en la dejadez y la desidia. Tu ducha diaria de par de mañana, te arreglas un poquito, te pones el perfume que más te gusta, un poquito de colorete y pintalabios para las chicas,…y por supuesto, nada de estar todo el día el pijama!! 😅
🌈 Utiliza la música como terapia. Déjate acompañar por la música que más te guste y te apetezca en cada momento, según tu estado anímico y emocional. Cuando necesites canalizar tu tristeza, deja fluir tu emoción acompañándola de música relajante. A mi me gusta mucho Enya, me aporta calma y serenidad. Si estoy muy triste o me he metido en el bucle del regodeo y del victimismo, me pongo algo más movido que me ayude a subir la energía 💃🏼
Te quiero trasmitir un mensaje claro y alto: vamos a salir de ésta todos juntos, mucho más fuertes, sabios y conectados con los demás y con nosotros mismos. Alineados con nuestros valores, viviendo de una forma más coherente con lo que es realmente importante. Vamos a salir de ésta valorando la libertad que nos ha sido arrebatada, la salud que hemos perdido o que tenemos miedo a perder. Valoraremos el tiempo que pasamos con nuestros seres queridos, a los que echamos tanto de menos. Vamos a salir de ésta siendo más respetuosos con el planeta, más solidarios con nuestros iguales y sobre todo más humildes.
Cuando pase todo esto, cuando atravieses tu dolor y aceptes todo lo que hemos perdido en esta crisis, volverás a renacer como el ave fénix: más fuerte, más sabio/a, más flexible ante los cambios, más resiliente.
Soy Loreto Serrano de serenatuvida.com
Soy Enfermera y coach experta en el trastorno de ansiedad generalizado.
Espero que estas palabras te hayan servido para reflexionar a cerca de las cosas que estás perdiendo en esta crisis y para gestionar dichas pérdidas.
Cuídate mucho y mantén el ánimo arriba