Cómo manejar la frustración
La frustración es una emoción muy perturbadora con la que todo el mundo tiene lidiar en su día a día. Pero, ¿qué es realmente la frustración?
Se trata de una emoción que experimentamos cuando no recibimos lo que esperábamos, cuando una expectativa, proyecto o ilusión no se cumple. La frustración aparece cuando las cosas no salen como habíamos pensado, cuando no somos capaces de conseguir nuestros objetivos o satisfacer nuestros deseos. La buena noticia es que las personas tenemos herramientas que nos permiten gestionar la frustración, y si no las tenemos, podemos aprenderlas.
Como habrás podido experimentar, se trata de una emoción muy desagradable y perturbadora difícil de gestionar. Una de las principales consecuencias que conlleva, es que en demasiadas ocasiones nos impide volver a intentar nuevos proyectos ya que junto al deseo y la expectativa, aparece el miedo a que vuelva a suceder lo mismo, fracasar.
La importancia de gestionar la frustración en positivo
"A lo que te resistes persiste, lo que aceptas te transforma.” Carl Gustav Jung
Lo que pensamos que sucederá puede estar muy lejos de lo que realmente sucede, sin embargo, eso no significa que la realidad tenga que ser peor, simplemente es diferente. Aceptar es vivir plenamente con las cartas que nos han tocado, no las que queremos que no toquen o creemos que nos van a tocar.
Otro elemento en la ecuación para manejar la frustración es normalizar, comprender y desdramatizar las pérdidas. Cultivar el desapego es aceptar la
pérdida como algo natural. Cuando digo “perder” no me refiero solo a cosas materiales, la vida está llena de pérdidas de todo tipo, la pérdida de una amistad, la pérdida de la salud, la pérdida de los hijos cuando se hacen mayores,…
“A veces se gana y a veces se aprende” John C. Maxwell
Cada vez que te sientas frustrado y enfadado te propongo que dediques un breve espacio de tiempo a bajar al cuerpo a identificar lo que te está pasando. Conecta con la emoción y sostenla aunque te duela, te aseguro que se irá aliviando la incomodidad paulatinamente. Si te das un poco de tiempo y espacio para
experimentar el malestar que te provoca la frustración, podrás comprobar cómo la puerta que se cierra da paso a otra que se abre.
Entrenar la aceptación, el desapego y la paciencia para aprender a gestionar la frustración es una de mis especialidades, así que no dudes en contactar conmigo, para que te acompañe en este camino.