Miedo al Rechazo ¿Tu Peor Enemigo o Mejor Aliado?
¿Te has preguntado alguna vez cómo vivirías si no te preocupara caerle bien a la gente o te diera igual la opinión de los demás sobre ti Si te pones muy nervioso/a en las situaciones en que puedes sentir rechazo, no estás tan solo como crees. Se realizó una encuesta a miles de personas para entender cuáles son los miedos más presentes en nuestras vidas.
¿Sabes cuál era el miedo que apareció en cuarto lugar? El miedo a la muerte. ¿Y cuál fue el miedo número 1, el más común de todos? Hablar en público. Hay gente que se siente morir si tiene que hablar en público. Normalmente no te das cuenta de la cantidad de gente a tu alrededor que te acepta tal como eres, y tan sólo pones el foco en aquellos que crees que no les gustas. Nos pasamos la vida haciendo proyecciones, o elucubrando acerca de lo que los demás piensan de uno.
Todos tenemos miedo al rechazo
El miedo al rechazo es el temor que alguien experimenta cuando se siente evaluado o juzgado por los demás. Puede surgir al declarar nuestro amor a la persona amada, al intentar vender un producto a alguien o simplemente al pedirle a alguien un favor.
El miedo al rechazo puede provocar dos tipos de respuesta:
- Que la persona sacrifique sus necesidades y deseos con tal de ser aceptada.
- O que la persona evite exponerse a situaciones en las que sienta que le pueden evaluar.
Todos tenemos miedo al rechazo y a todos nos ha afectado de algún modo a lo largo de nuestras vidas. Sin embargo, si ese miedo es tan intenso que supone un lastre en tu vida, es el momento de que empieces a mirarle a los ojos y enfrentarte a él. Ya es hora de que dejes de no hacer cosas por el miedo al qué dirán o a lo que pensarán de ti.
Ten en cuenta, que hagas lo que hagas siempre vas a estar expuesto a la crítica, tanto para bien como para mal. Así que, al menos haz lo que te pida el cuerpo siempre y cuando no le hagas daño a nadie y no supedites tus decisiones y tu forma de vivir a lo que opinen los demás.
¿De dónde nace el miedo al rechazo?
Como suele ser habitual en la mayoría de comportamientos, su origen se puede explicar de dos formas: el miedo innato o evolutivo, y el miedo adquirido. Probablemente tiene mucho más impacto el segundo y en cualquier caso es sobre el que tienes mayor margen de maniobra.
El miedo evolutivo es que los seres humanos hemos desarrollado por una necesidad de ser aceptados y de encajar en el grupo. En el pasado, ser rechazados del seno de una familia o de la tribu suponía la muerte. Ir solo por la jungla a buscar alimento puede ser bastante peligroso, ¿no crees?
El miedo adquirido es mucho más complejo y se basa en todas aquellas experiencias que han dejado huella en tu carácter y personalidad a lo largo de tu vida, como por ejemplo, que la primera persona a la que pediste salir te rechazara de forma cruel.
El temor al rechazo también se fundamenta en la autoestima y el autoconcepto o cómo te ves a ti mismo y cómo te valoras.
A todos nos gusta sentirnos bien. Si nos rechazan, la realidad choca con nuestro autoconcepto. ¿Cómo voy a ser una persona querida y aceptada, si no le gusto a la gente? Eso genera disonancia, conflicto mental y mina la autoestima, y para evitar ese conflicto no te expones socialmente y evitas por ejemplo, hablar en público.
Es probable que le des bastante importancia a la opinión de los demás sobre ti, incluso si tienes una autoestima sana. Pero cuidado, no puedes hipotecar tu autoestima o la consideración que tienes de ti mismo, a la aceptación de los demás porque no podrás agradar a todo el mundo.